Ya sabía que cuando llegase el momento no me gustaría. Pero es una sensación parecida a como si alguien me estuviese apretando en la boca del estómago. Como si me hubiese atragantado y alguien me apretara para sacar el trozo.
Cada vez que me preguntan, se me saltan las lagrimillas y tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para que al menos solo asomen y no se caigan.
Es que tengo tanto miedo...
Y pensar que hace una semana todo era tan distinto.
Por suerte el tiempo nunca se para y dentro de nada te tendré aquí otra vez sin tener que pensar para verte, pues abriendo los ojos será suficiente :).
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