Echando la vista atrás, no sabría decir si he tenido suerte o no en cuanto a las relaciones con el sexo opuesto.
Los extraños personajes con los que me he cruzado, me han ayudado a saber lo que no quiero. Debía ser que no terminaba de verlo claro.. o que tenía un cartel invisible en la frente "psicópatas aquí"...el caso es que este último año a cada cual peor.
De las relaciones "serias" he aprendido aunque sigo siendo una romántica empedernida que cada vez que ve Mouling Ruge, tiene la esperanza de que cambien el final :).
Cuando sabes lo que duele, te cuesta más arriesgar y aunque lo hagas, el plomo de los pies te frena en cierto modo.... hasta que te enamoras... perdiendo el control sobre ti mismo y rezando a quien sea "por favor, que salga bien... o al menos, que no duela".
Cuando sabes lo que duele, te cuesta más arriesgar y aunque lo hagas, el plomo de los pies te frena en cierto modo.... hasta que te enamoras... perdiendo el control sobre ti mismo y rezando a quien sea "por favor, que salga bien... o al menos, que no duela".
Cuando las cosas terminan, te sientes el ser más desgraciado del planeta aunque a medida que pasa el tiempo y vuelves a reencontrarte contigo mismo te das cuenta de que fue lo mejor que te pudo pasar. Esto es lo que pienso sobre mi.
Mi "currículum maromil" no llena los dedos de ambas manos. De todos ellos y hasta hace unos meses, solo hubo 2 personas especiales, aquí van:
-Mi primer noviete (llamemosle "P"). A este le conocí nada más cambiarme de casa. Empezamos a salir con 14 años. Era el primero que se había fijado en mi así que por eso quizás entré al trapo. Era lo más opuesto que podía echarme a la cara. Su máxima aspiración era ser caminero. Lo consiguió.
Primero por la novedad, después por rutina supongo, el caso es que estuvimos cortando y arreglando durante 4 años. Nunca llegamos a "consumar", todo era casto y puro. En selectividad, le dejé. Se lo tomó bastante mal, amenazando incluso con suicidarse. Intentó atropellarme varias veces. Al poco de dejarle, empezó con otra chica. Se casó con ella y ahora tienen una niña. Jejeje aun después de tanto tiempo sigue sin dirigirme la palabra.
-El segundo ("A"). Este apareció por casualidad. Era amigo de otro amigo. Me crucé con los dos un día en el autobus y ahí comenzó todo. Él vivía por y para la música. Al principio veía lejos poder vivir de ello pero a media que iba pasando el tiempo y se presentaban oportunidades, decidió apostarlo todo a una carta y dejar de lado todo lo demás (incluida yo). Estuvimos juntos 6 años con sus cosas buenas y malas. No terminamos de un modo muy civilizado pero tiempo después retomamos el contacto e intentamos un acercamiento. Esa vez fui yo quien puso punto y final. Desde entonces no nos vemos, pero cada "x" tiempo si que llega un mail cordial, preguntando qué tal va todo.
Hasta 3 años despues de éste último no conocí a nadie que quisiera algo más que mis besos. El primero que apareció, me hizo saltar sin paracaidas del avión de los sentimientos que el mismo había ido construyendo remache a remache. El segundo... un individuo el cual tenía que humillar a los demás para poder valorarse a si mismo.
Siempre había querido tener a alguien. A medida que los de alrededor encontraban personas, las prisas iban creciendo. Las últimas experiencias me hicieron cambiar el chip. Pensar que esa persona, mi persona, aparecería cuando menos lo esperara. Sin prisa. Pero la esperanza a veces flaqueaba. Entonces apareció él. Iluminó mi sonrisa y me hizo recordar como era sentirse especial.
El tiempo ha sido corto pero la ilusión crece de forma exponencial. El miedo sigue ahí, pero volví a perder el control. Arriesgando, tengo mucho que ganar. Incluso en el peor de los casos, ganaré su recuerdo :).