La primera vez que sentí miedo tendría unos 7 años. Como la mayoria de cosas que me asustan, fue algo irracional.
Estaba alegremente jugando en el patio del bloque donde vivía, cuando de repente un negro animal horréndulo de ojos saltones y dientes descolocados, salió de la nada berreando y comenzó a perseguirme. Quizás fue el factor sorpresa o la aberración natural que habían dado lugar esos genes por capricho del azar. Pero el caso es que totalmente fuera de mi misma me puse a correr como si me fuera la vida en ello. Gritos, miradas desorbitadas.. pánico. Sentí pánico. Los vecinos asustados se asomaron a las terrazas. Yo no era capaz de ver nada, simplemente corría alejándome de una mancha negra que cada vez sentía más cerca. Dentro de mi histerismo, empezó a aparecer una voz, ya está ya está.. no pasa nada, ya lo hemos atado.
El dueño del perro ya lo tenia sujeto, pero yo presa del miedo, seguia dando volando en circulos por aquel patio.
Cuando ya "pasó el peligro" y retomé la consciencia lo primero que vi fueron miradas incrédulas que incluso en ocasiones iban acompañadas de risas burlonas. Mi pánico fue seguido de un nuevo amigo, el sentido del ridículo.
Aquel monstruo que quería acabar con mi vida no era mas que un perro huesudo que no levantaba mas de un palmo del suelo.
Nunca he vuelto a sentir nada parecido. Gracias a Dios, Alá.. o a mi misma, he conseguido ser capaz de controlar mi imaginación. Aun sigue habiendo cosas que me asustan, cosas tontas como las pelis ;), que pase algo malo a mi alrededor, que las cosas cambien.. Tengo miedo a que aquello que me hace sentir bien desaparezca.
No deja de ser irracional, falta de seguridad tal vez. Por suerte la razón y todo aquello que tengo en mi cabeza que no es producto de la nada sino recuerdos y situaciones que si que son de verdad, acaban con él.
Quizas el miedo es quien comienza la jugada pero finalmente, soy yo quien la termino ganando :).
Estaba alegremente jugando en el patio del bloque donde vivía, cuando de repente un negro animal horréndulo de ojos saltones y dientes descolocados, salió de la nada berreando y comenzó a perseguirme. Quizás fue el factor sorpresa o la aberración natural que habían dado lugar esos genes por capricho del azar. Pero el caso es que totalmente fuera de mi misma me puse a correr como si me fuera la vida en ello. Gritos, miradas desorbitadas.. pánico. Sentí pánico. Los vecinos asustados se asomaron a las terrazas. Yo no era capaz de ver nada, simplemente corría alejándome de una mancha negra que cada vez sentía más cerca. Dentro de mi histerismo, empezó a aparecer una voz, ya está ya está.. no pasa nada, ya lo hemos atado.
El dueño del perro ya lo tenia sujeto, pero yo presa del miedo, seguia dando volando en circulos por aquel patio.
Cuando ya "pasó el peligro" y retomé la consciencia lo primero que vi fueron miradas incrédulas que incluso en ocasiones iban acompañadas de risas burlonas. Mi pánico fue seguido de un nuevo amigo, el sentido del ridículo.
Aquel monstruo que quería acabar con mi vida no era mas que un perro huesudo que no levantaba mas de un palmo del suelo.
Nunca he vuelto a sentir nada parecido. Gracias a Dios, Alá.. o a mi misma, he conseguido ser capaz de controlar mi imaginación. Aun sigue habiendo cosas que me asustan, cosas tontas como las pelis ;), que pase algo malo a mi alrededor, que las cosas cambien.. Tengo miedo a que aquello que me hace sentir bien desaparezca.
No deja de ser irracional, falta de seguridad tal vez. Por suerte la razón y todo aquello que tengo en mi cabeza que no es producto de la nada sino recuerdos y situaciones que si que son de verdad, acaban con él.
Quizas el miedo es quien comienza la jugada pero finalmente, soy yo quien la termino ganando :).
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