miércoles, 3 de agosto de 2011

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Dale ahí tikitikitiki (a no espera... esto es lo que uso para indicar besitos de mariposa... weno da igual tb vale para la barra espaciadora) matando naves espaciales y esquivando pelotillas rojas.
Qué bien te lo pasas. Mirándolo así... mejor que solo exploten inofensivos píxeles.

Hoy la mañana está siendo como todas, vamos, lo que viene a ser un rollo. Aun así estoy en modo productivo contando barritas de acero. Ves?? me pagan por contar... a lo mejor es por eso que me gusta ;P.

Ya ha vuelto el jefe de sus vacaciones así que vaticino un cambio drástico el planing laboral. Hasta ahora cuando me aburría saltaba a internet. En el caso de que viniese alguno de mis compañeros, minimizaba la ventana y listo. Pero ahora... la cosa se vuelve más complicada.

Por suerte, mi pantalla está de espaldas a la puerta y tengo una visión perfecta de cualquiera que pase a nuestro despacho (normalmente escucho pero el jefe es muy sigiloso). Mi ordenador es un poco puñetero y se bloquea, ralentiza o empieza a hacer preguntas tontas en el momento más oportuno.

Más de una vez.. y dos... me ha pasado ver entrar al jefe, darle a cerrar y..

-cartelito de desea guardar configuración de pestañas? cancel.. NO CANCEL NO!!! QUE NO SE CIERRA... PLAS! PILLADA.

-messenger... cerrar messenger y... desea terminar sus conversaciones abiertas?? ....idem del anterior... y este mola más porque claro, a la barra de inicio le empiezan a aparecer rectangulillos naranjas intermitentes. Parece como si windows gritase: "Siiiiiiiiii está chateando en el trabajoooooooooooooo!". Hace tiempo que no lo uso por miedo al despido... PROCEDENTE.

-Esta es la mejor, un claro ejemplo de la teoría de la relatividad en función del espacio-tiempo.
Ves que el jefe se aproxima y con todo tu empeño mueves la flecha del ratón hacia la crucecita de cerrar. Por algún extraño motivo el desplazamiento del ratón y del jefe se acompasan y la distancia flecha-cruz crece. Por fin le das pero la desaparición de la pantalla va a paso de tortuga. El jefe avanza y sin saber como el pie busca enloquecido el botón de resetear como última salida. El tiempo se ralentiza y en el momento cúlmen, en la intersección exacta jefe- pantalla, la ventana hace piki! y se cierra sin que los ojos del pagador reparen en ella.
Solo quedaría excusar los temblores corporales, la cara de pánico y los goterones de sudor invadiendo la frente.
Pero eso, para mentes como la mía, es fácil.

Conclusión... empieza la tensión. Menos mal que no madruga ji ji ji...



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