He estado navegando y viendo imágenes de fotógrafos conocidos. Muy bien tomadas por cierto, aunque algunas pongan los pelos de punta.
Aun siendo situaciones ficticias, pensar que en ciertos sitios es tan normal vivir esas cosas...
Los paisajes ya apuntan a que son lugares hostiles, donde ni siquiera las margaritas quieren estar.
Nada pone una nota de color, bueno si, alguna insignia del país del pesto.
Los interiores mantienen la misma línea. Alumnos que llevan consigo los colores áridos de tierra sin vida y estanterías donde preferiría ver libros en vez de cables y cintas adhesivas...
Solo veo una sonrisa, aunque entiendo que no las haya.
No se porqué me ha venido a la mente la lava y esas grandes llanuras negras de piedras punzantes. También era bastante feo. Pero donde les dejaron pusieron sus viñitas, chumberas,... Todo para la supervivencia claro, para poder abastecerse. Aunque también lo dejaron más bonito.
Cuando veíamos las plantitas tan verdes sobre la ceniza, quedaba bien. Convertía el paisaje en algo más amigable.
Ojalá les hubiese dado aquí por usar los pañuelos para protegerse del sol, por utilizar las piedras para hacer muretes, por llenar de vida los campos en vez de quitársela a los demás.
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